Como salidos de un cuento, existen ciertas obras arquitectónicas en Europa que básicamente se vuelven una visita obligada si estamos por el viejo continente. Los castillos han asombrado a sus visitantes por generaciones y aún cientos de años después de su fabricación parecen no perder jamás su encanto.
Castillo Kilchurn, Escocia
Esta maravilla de la antigua arquitectura supo ser la casa de los Campbell de Glenorchy, familia real que luego se convertirían en Condes de Breadalbane, también conocidos como la rama Breadalbane del Clan Campbell. La construcción más antigua del castillo fue la torre y el Laich Hall (que da al Lago Awe). Hoy en día, su posición pintoresca y su llamativo estado de ruinas la han transformado en una de las estructuras más fotografiadas de Escocia.
Castillo Mont Saint Mitchel, Francia
La inquitante costruicción del monte Saint-Michel y su bahía lo hacen uno de los sitios más visitados de Normandía y desde luego uno de los primeros destinos turísticos en Francia, con un promedio de 3,2 millones de visitantes cada año.
La estatua del Arcángel San Miguel que se encuentra ubicada en la cumbre de la iglesia abacial se alza a más de 170 metros por encima de la orilla de sus costas. Los numerosos edificios del lugar están individualmente clasificados como monumentos históricos1 o inscritos en el inventario suplementario de los monumentos históricos.
Castillo Neuschwanstein, Baviera, Alemania
Neuschwanstein es en la actualidad uno de los castillos más concurridos de toda Europa. Con un flujo promedio de 1,4 millones de personas al año, "el castillo del rey de cuento de hadas"es una de las imponentes obras que aún perduran en el viejo continente.